Presentación
Muchas personas padecen dolores en hombros, cuello y espalda, por mal acomodo de los hombros en el colchón.
El Dr. Ángel Miguel realiza una breve y clara exposición, de los condicionantes anatómicos que influyen en la acomodación de los hombros al colchón.
Al hilo de lo anterior, explica las consecuencias de un mal apoyo de hombros en el colchón, a nivel articular, muscular y vertebral.
El Doctor Miguel tiene hombros anchos, por lo que lleva años prácticamente sin dormir de lado, ya que esta posición le causaba dolor.
Partiendo de este condicionante, explica las posibilidades de uso de un colchón regulable, como lo ha regulado y los resultados que ha obtenido.
Agradecemos al Dr. Miguel sus explicaciones médicas que ayudan a comprender el problema que se aborda, el proceso de regulación y el resultado obtenido.
La articulación del hombro forma parte de lo que se conoce como cintura escapular. Esta es la encargada de garantizar gran parte de la movilidad de los miembros superiores y la conforman varios huesos, músculos y articulaciones. Escápula, húmero, clavícula y esternón generan una estructura en la que se insertan potentes músculos que intervienen en los movimientos del tren superior, cuello y espalda. Es además uno de los puntos de apoyo fundamentales sobre el colchón durante el descanso, especialmente en posición decúbito lateral, y puede ser, por lo tanto, un condicionante importante de la confortabilidad durante sueño.
Debajo: Imagen de la cintura escapular
Hay dos circunstancias de la cintura escapular que afectan en la adaptación a un colchón.
Se hace especialmente evidente cuando la posición adoptada durante el sueño es decúbito lateral. En esta, el reparto del peso se produce a lo largo de toda la superficie corporal que contacta con el colchón y tiende a concentrarse en las zonas más prominentes de la silueta: cabeza, hombros, cadera. Por lo tanto, cuantos mayores son las dimensiones de cintura escapular, menor es el apoyo que asume la pared torácica y por lo tanto mayor el peso que soporta el hombro. Esta sobrecarga repercute directamente en dicha articulación generando dolores o agravando aquellos producidos por lesiones ya existentes.
Debajo: imagen de carga y ángulo del hombro sobre colchón
Además, la sobrecarga se transmite al resto de la estructura de la cintura escapular por lo que se pueden ver afectada musculatura que se inserte en la misma como el trapecio, dorsal ancho, esternocleidomastoideo. Por ello, un apoyo inadecuado del hombro puede generar molestias en tanto a nivel cervical como dorsal.
Debajo: Imagen de musculatura que se inserta en la cintura escapular
Otro de los puntos en los que una anchura de hombros excesiva puede generar problemas es en la alineación del eje vertebral durante el descanso. En apoyo lateral se generan curvaturas no fisiológicas que tratan de adaptar la silueta corporal a la superficie del colchón.
Debajo: imagen de columna sobre colchón con curvaturas adaptativas laterales con menor superficie de contacto en tórax.
La regulación, por lo tanto, puede ir dirigida a dos objetivos diferentes:
Debajo: silueta de hombre con hombros anchos en un colchón tradicional
En cualquiera de los dos casos, la necesidad de quitar una o dos capas del regulador vendrá en gran parte condicionada, bien por la dimensión de la anchura de los hombros o bien por la intensidad del dolor en la articulación. Por lo tanto se puede partir de la retirada de una o dos capas del regulador según sea el caso. Para permitir una adaptación adecuada a la nueva superficie de descanso es preciso que los cambios posteriores en el regulador sean lentos y progresivos. De tal manera, se puede ir prescindiendo de más capas, si va acompañado de mejoría, con un intervalo de 10-15 días.
Para conseguir una alineación adecuada de la columna cervical es aconsejable el uso de una almohada regulable, que permita ir acompasando los cambios en el apoyo de los hombros con los de la cabeza. De esta manera se van retirando las capas de espuma de la almohada de manera progresiva y usando igualmente intervalos de 10-15 días.
Una de las ganancias que se consigue con esta regulación progresiva es la posibilidad de incorporar el decúbito lateral como posición habitual de descanso. El hombro encuentra acomodo en la depresión generada por el regulador haciendo que la articulación descanse sobre un lecho de menor densidad, repartiéndose el apoyo a lo largo del lateral de cabeza, cuello, tórax y abdomen.
Se amplía así la superficie de nuestro cuerpo que contacta con el colchón, dando lugar a un reparto más equilibrado del peso. Esta circunstancia además mantiene los ejes de la columna cervical, torácica y lumbar alineados y paralelos a la superficie del colchón por lo que, aunque realicemos solo la regulación en hombro, la mejoría se ha de sentir a lo largo de todo el eje vertebral. En definitiva, una modificación adecuada en los puntos de apoyo durante el descanso repercute de manera positiva en todos los niveles, experimentando mejoras en los dolores osteomusculares de otras zonas, especialmente en columna. Produce una rectificación de las curvaturas y angulaciones no fisiológicas que se generan en la columna vertebral con la horizontalidad, recuperando la alineación del eje vertebral durante el descanso. Las articulaciones entre las vértebras no se sienten forzadas y la musculatura que las sustenta se relaja. Hay, por lo tanto, una mejoría en la calidad del sueño, y una experiencia al levantarse mucho menos traumática.