El día Mundial del Sueño está tomando cada día mayor relevancia social. La Asociación Mundial del Sueño (WASM) conmemora desde hace ya once años esta fecha el tercer viernes del mes de marzo, unos días antes del equinoccio de primavera.

¿Sabías que entre el 25 y el 35 por ciento de la población padece insomnio de forma transitoria? Precisamente el objetivo de este día es concienciar a la población de la importancia del sueño de calidad para prevenir y evitar trastornos del sueño.

En la iniciativa participan 72 países y cada vez es más conocida, ya que el sueño está directamente vinculado con nuestro bienestar a corto, medio y largo plazo.

El lema de este año, Únete al mundo del sueño, conserva tus ritmos para disfrutar de la vida, hace referencia a los ritmos circadianos. Está inspirado en el último Premio Nobel de Medicina, que ha sido concedido a tres investigadores que han dedicado toda su carrera a su estudio.

En el siguiente post te contamos algunas de las razones por las que dormir bien es una gran idea.

Muchos aspectos de nuestro bienestar se escapan a nuestro control porque dependen de factores genéticos, ambientales y de atención sanitaria. Sin embargo, hay otros sobre los que podemos asumir un papel activo. El sueño es uno de ellos.

Tiempo de lectura aproximado: 7 minutos. 

  1. La importancia de los ritmos circadianos
  2. Duerme bien y gana en calidad de vida
  3. Envejecimiento y sueño

1. La importancia de los ritmos circadianos

Los seres humanos llevamos a cabo a diario una serie de funciones fisiológicas, que van variando en función del momento de día. A estas variaciones las llamamos ritmos circadianos.

Cada uno de nosotros tiene un reloj biológico en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que se encarga de controlar todos nuestros ritmos circadianos. El sueño es uno de ellos y se organiza de forma cíclica, en fases alternas de sueño/vigilia que tienen lugar en un periodo de 24 horas.

La oscilación ambiental día/noche es el patrón que siguen los seres vivos para ajustar este ritmo vital. Por eso, el cambio de luz y oscuridad marca el funcionamiento del sueño.

De este modo, respetar su carácter cíclico es fundamental para nuestra salud y bienestar. Y es que durante el sueño tiene lugar un reajuste de sistemas que mantienen el equilibrio de nuestro organismo.

El Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia, ha diseñado un estupendo test que nos ayuda a saber si nuestros ritmos están sincronizados de manera correcta. Te invitamos a que lo hagas PINCHANDO AQUÍ.

2. Duerme bien y gana en calidad de vida

El sueño es algo que pertenece a nuestro día a día y no solemos reparar en su importancia real. De hecho, no sabemos que podemos dormir mucho mejor de lo que lo hacemos.

Durante la fase de sueño profundo nuestra temperatura corporal disminuye, así como el metabolismo y el gasto cardíaco. Se regulan los niveles de serotonina contribuyendo a que nuestro estado de ánimo sea óptimo.

Cuando dormimos segregamos melatonina, una hormona natural que interviene en la regulación del sistema inmunológico y tiene efectos sobre todas nuestras células. La melatonina desempeña un papel fundamental en el ciclo sueño/vigilia y es uno de los antioxidantes más potentes que existen.

El cuerpo humano necesita producir la cantidad adecuada de melatonina para beneficiarse de sus innumerables beneficios. La única forma de hacerlo es durmiendo bien.

Si descansamos bien envejecemos más lentamente porque aumentan nuestras defensas y disminuye la formación de radicales libres. Está estudiado que si no dormimos adecuadamente, los niveles de cortisol y adrenalina suben.

El Tratado de Medicina del Sueño, presentado en 2015 por la Sociedad Española del Sueño (SES), y desarrollado por 227 expertos nacionales e internacionales, asegura que la esperanza de vida está estrechamente relacionada con la salud del sueño y el número de horas que se duerme.

Reeducar nuestro concepto de sueño para darle su verdadero significado es una tarea que nos interesa a todos y suma calidad a nuestros años de vida. El Día Mundial del Sueño es una fecha que nos ayuda a recordarlo.

Mediante un sueño de calidad cuidamos nuestro organismo a muchos niveles:

  • Fortalecemos el sistema inmunitario: Las interleucinas son unas sustancias que promueven la creación de anticuerpos y mejoran nuestro sistema inmunitario. Se liberan en mayor cantidad durante el sueño.
  • Regeneramos la musculatura: Tumbados las articulaciones soportan menos peso y los músculos se relajan y se regeneran. Además, durante la fase de sueño profundo segregamos la hormona del crecimiento, que es esencial en esta regeneración muscular.
  • Oxigenamos nuestras células: Al dormir nuestra respiración es más lenta y profunda. Así, las células puedan oxigenarse y prepararse para el día siguiente.
  • Mantenemos nuestro peso ideal: Descansar bien ayuda a acelerar nuestro metabolismo, de manera que el cuerpo tiene más facilidad para quemar grasa. Un estudio de la Universidad de Chicago demostró que las personas a dieta que dormían adecuadamente, tenían mayor facilidad para perder peso.

3. Envejecimiento y sueño

La edad biológica no se suele corresponder con la edad cronológica. En el mundo actual muchos factores pueden alterar el envejecimiento de las personas.

Y aunque no sabemos cuál es la principal causa del envejecimiento de nuestras células, sí conocemos algunos factores que las dañan. Los principales son el estrés, una mala alimentación, el sedentarismo y la falta de sueño.

En consecuencia, cuando estamos estresados se desencadenan muchos radicales libres que son una causa clara del envejecimiento.

Para superar este estrés tomamos sustancias como el café y el cerebro recibe demasiada estimulación para estar en un estado competitivo y activo.

En ese momento, aparecen trastornos como el insomnio transitorio. Una de las bases de la regeneración neuronal es el descanso.

Además, la acumulación de daños en las células es fundamental en el proceso de envejecimiento. Uno de los daños más significativos es la pérdida de telómeros.

Los telómeros son las tapas protectoras que se encuentran al final de los cromosomas, y están relacionados de manera directa con el envejecimiento. Con el paso de los años el tamaño de nuestros telómeros se acorta hasta que casi no existen.

Un estudio llevado a cabo por la científica Marta Jackowska, en la University College Hospital (UCH) de Londres, afirma que existe una relación entre la esperanza de vida y el número de horas diarias que dormimos.

El estudio mostró que aquellas personas que dormían más de siete horas diarias tenían telómeros hasta un nueve por ciento más largos, con independencia de factores como la edad.

Los investigadores creen que los individuos que duermen poco aumentan su cantidad de cortisol. Esto genera daños en el ADN y en la enzima telomerasa, que es la encargada de reparar la longitud de los telómeros.

Los especialistas tienen muy claro que el sueño de calidad es reflejo de buena salud y alarga la vida.